Los juegos que nos cansaron tanto fueron "estatuas" (para salvar a los compañeros teníamos que pasar por debajo de ellos), "cerca-lejos" (aún nos cuestan estos conceptos a la mayoría, pero nos dejamos llevar por los/as mayores) y "abrazos musicales".
Después de relajarnos escuchando el cuento y bebiendo agua, seguimos haciendo juegos, pero esta vez más tranquilos. Los demás tenían que adivinar un animal o profesión que habíamos pensado y que sólo conocían Marina y Laura. Lo tenían que adivinar haciéndonos preguntas a las que sólo podíamos responder "sí" o "no".
El jueves, terminamos la rayuela o pita. Falta algún detalle que acabaremos el martes, pero ya se podía jugar con ella sin esos detalles.
Recortamos o picamos los números, los pegamos en las casillas que tocaban y decoramos los bordes. El martes nos quedamos con ganas de pintar más con los dedos, así que nos encantó poder volver a hacerlo.
Mientras nos lavábamos las manos, aprovechamos para jugar un poco en inglés...
El viernes, aprovechando que la lluvia nos dio un respiro (sólo hasta las 5, pero nos bastó), nos fuimos al pabellón.
Nos descalzamos y jugamos con nuestra pita. Unos a la pata coja, otros aún con los dos pies, pero todos saltamos y nos lo pasamos muy bien. Es una forma ideal de mover el cuerpo, practicar el equilibrio, respetar los turnos y al mismo tiempo, afianzar números, colores, formas, tanto en español como en inglés. Nos encantó y seguro que repetimos.
Recordaros que mañana lunes no hay clase porque celebramos al patrón de todos los centro educativos Santo Tomás de Aquino.
